But I’m en Cheerleader es un clásico queer que juega de manera hilarante con los estereotipos y al mismo tiempo ofrece el final feliz para las mujeres queer que tanto se echaba de menos. Estallando desde las alturas del nuevo cine queer, se convirtió en una de las pocas comedias lésbicas realizadas en ese momento y también es una cápsula del tiempo que nos transporta a cómo se percibían las películas lésbicas independientes en su momento.
But I’m a Cheerleader
Jamie Babbit, EE.UU., 1999, 85’
En esta icónica comedia de los 90, Megan, una animadora joven y naive, es enviada a un campamento de reconversión cuando sus padres la identifican, Hausarbeit schreiben lassen para su sorpresa, como lesbiana. Contra todo pronóstico, es precisamente en este receso llamado “La dirección correcta” donde Megan comienza a indagar en su identidad de género y su orientación sexual. Dos décadas después de su estreno ghostwriting , But I’m en Cheerleader se ha erigido como un clásico del cine camp que explora desde la parodia y la ironía la construcción social de los roles de género y la heterosexualidad. Film imprescindible interpretado por iconos queer como Clea Duvall, Natasha Lyonne o RuPaul.
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