Nuestra voz de tierra, memoria y futuro 

Marta Rodríguez y Jorge Silva, Colombia, 1974 – 1982. 90’.
Copia restaurada por el Arsenal Institut für film und videokunst (Berlín).

En palabras de Marta Rodríguez la película intenta “una aleación entre dos términos arbitrariamente asumidos como disímiles: el registro documental y la puesta en escena. Cinco años en la experiencia de un grupo indígena para desvelar desde dentro la complejidad de un proceso que va de la sumisión a la organización”.

Festivales (selección):
1982 “Premio Ocic” Festival Internacional de Cine de Berlín (Alemania)
“Premio Fiprecsi” de la Federación Internacional de Crítica de Berlín (Alemania)
“Premio a la mejor dirección de largometraje colombiano” premio de Focine, Cartagena (Colombia)
“Premio a la mejor fotografía” concedido a Jorge Silva en la Mostra Iberoamericana Cartagena (Colombia)
“Mejor expressión de valores humanos” Teatro de Cámara, Cartagena (Colombia)
“Mejor film latinoamericano” Festival Iberoamericano de Huelva (España)
1985 “Premio a la mejor realización latinoamericana” Primer Festival de Cine de los Pueblos Indígenas (México)

Los indígenas han luchado y luchan hoy por la recuperación de sus tierras porque, según su propia voz, al recuperar la tierra el indígena comienza un proceso de recuperación cultural, un proceso de recuperación “crítica” de su pasado y de su historia. La película hace énfasis en la significación de este momento del proceso, en lo que significa para ellos “ver políticamente el pasado y pensar históricamente en el presente”. Una propuesta de cine cultural y de asumir artísticamente el contexto dentro del cual es producido. Es una película concentrada básicamente en los procesos de pensamiento, que intenta acercarse al subconsciente de una cultura indígena andina, con la dialéctica con la que interactúan al interior de una realidad: diablos y señores feudales o terratenientes, siervos y dueños, análisis y poesía, organización y magia, mito e ideología.

Comentario de la directora